Hemos
conocido en estos días que el Gobierno de la nación ha retirado la tramitación
del proyecto de reforma de la Ley del aborto, proyecto que, aunque no venía a
satisfacer en su totalidad nuestros deseos, puesto que nuestra aspiración no
puede ser otra que la de ver derogada esa cruel lacra social llamada aborto, sí
que nacía, al menos, con el propósito de reforzar la protección del derecho a
la vida.
A la vista
de ello, esta Hermandad, no ya por nuestras profundas convicciones religiosas o
por el mandato de la Santa Madre Iglesia, que también, sino por la más
elemental defensa del derecho natural, vuelve a poner de manifiesto su
inquebrantable postura en favor de la protección de la vida de las personas,
desde el momento de su concepción hasta el de su muerte natural.
Es por eso
que demandamos una legislación, venga del signo político que venga, que proteja
ese derecho inalienable de las personas que es la vida, sobre todo la de aquellos
que, por no haber nacido todavía, por su avanzada edad o por su enfermedad, se
encuentran incapacitados para protegerla por sí mismos.
Entendemos
que este derecho es anterior a cualquier otro derecho o libertad, porque sin
él, los demás no pueden ser ejercidos, y por ello reclamamos un nuevo marco
legislativo que venga a parar esta masacre, y que esté amparado por una
normativa de desarrollo que dé apoyo a la maternidad, abarcando todos aquellos
aspectos que sean indispensables para su desarrollo integral: psicológicos,
sociales, económicos..., bien compaginados con una ágil política de adopción,
de forma que ni el miedo, ni la falta de recursos económicos, ni los prejuicios
sociales, ni, incluso, la carencia más absoluta de principios morales, ni cualquier
otro que pueda aducirse, maten a un solo no nacido más.
Nosotros,
por nuestra parte, seguiremos rezando ante Jesús Sacramentado y a las plantas
de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y de su bendita Madre de Loreto, por
los no nacidos a los que han matado, por sus madres, por los que los mataron y
porque el futuro abra las mentes para que se detenga este horror.